Sin lugar a dudas Marcelo Ebrard Casaubon, Jefe de Gobierno del Distrito Federal, ha sabido usar su presencia pública para apuntalar sus aspiraciones de ser el candidato del Partido de la Revolución Democrática, a la Presidencia de la República, para el 2012.
La última de Marcelo ha sido la demandar a Juan Sandoval Iñiguez, Obispo de Guadalajara, por las torpes declaraciones que éste ha hecho acusando sin sustento real a la Suprema Corte de Justicia, es decir a sus once ministros de haber aceptado dinero por parte de Marcelo, la demanda ya está en curso, habrá de esperar si la juez del caso acepta la procedencia o no de dicha solicitud, lo cierto es que la Secretaría de Gobernación ahora tedrá trabajo extra, sin que hasta la fecha haya fijado su posición al respecto, faltando asía su cometido, es decir a uno de sus cometidos, que es velar por el cumlimientode la Ley por parte de lo ministros de culto, quienes por la Constitución tienen prohibido inmiscuirse en asuntos políticos.
Qué llevo a Marcelo a demandar al prelado, no sólo el hecho de hacer cumplir la Ley, en un acto de acusación en falsedad, lo que conlleva difamación, sino también el permanecer en los reflectores y generarse una imagen muy republicna, lo que a Marcelo le conviene ante los resultados de su partido, y los efectos de las malas decisiones del señor Andrés Manuel López Obrador, quien origino que la PRD, HOY SE LE IDENTIFIQUE COMO UN PARTIDO RIJOSO, sin rumbo ni dirección valorativa.
Así, Marcelo de manera muy inteligente procura una nueva imagen para el partido que habrá de postularlo, pero más que nada para el mismo.
Si lugar a dudas los motivos de Marcelo tendrán un efecto positivo entre las clases medias y altas, quienes ya no siguen a pie juntillas los preceptos de su religión, y estará haciendole un guiño a los posibles aportantes a su campaña, Marcelo ha sido un alumno destacado del viejo PRI, si, ahora viene más acciones de Ebrard, más espectaculares, sino al tiempo
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